domingo, 22 de septiembre de 2013

Estrategias locales necesarias que nos llevarían hacia la globalización

La actual concepción que se tiene de la globalización es aquella que propone nuevos patrones productivos (nuevos principios de productividad). Impone la especialización en una nueva división del trabajo: países agrícolas, países industrializados y países del conocimiento, generando una redistribución de las rentas mundiales y nacionales, pero cabe mencionar que sentirnos parte de esa globalización es en cierta medida, falsa.


En consecuencia, hay una ruptura entre producción, consumo y espacios nacionales, generando nuevas pautas de consumo, incluso un tipo de consumo identificado como consumismo, para explicar la creación de necesidades en el individuo, un exceso de compra de bienes y servicios, una tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios, incorporando pautas culturales “del primer mundo” . En otras palabras, pero partiendo de la misma idea anterior, aunque un producto sea global puede que nunca triunfe a nivel local en algunas partes del planeta. Es por ello que hago mención a esta idea de la globalización  que nos plantea y aparenta ser un proceso de unificación entre mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.

De esta manera, en la actual fase de la globalización, considerada como una nueva configuración social y económica internacional, ya no sólo se determina el espacio mundial sino también los niveles subnacionales, regionales y locales, con lo cual surge una tendencia a impulsar y fortalecer lo local y regional. He aquí pretender buscar una estrategia local que en primer instancia englobe a esa localidad y posteriormente poderse insertar en ese proceso de globalización. Siento conveniente que se opte por un elemento que las personas adapten fácilmente a su entorno no sólo en el aspecto social sino que también exploten sus herramientas que brinda éste a nivel económico, político y cultural, es decir, entrarle por el lado de las redes globales de comunicación, ya que se han convertido en factores de poder, con gran influencia en la opinión pública, insertando valores que fortalecen los intereses globales y de los propietarios de los medios. Cuando no se instalan directamente, lo hacen asociados a medios locales, que son incorporados a la red. Tal es el caso  en los países desarrollados, Internet es un poderos medio de comunicación, sin embargo, en los países dependientes, como el acceso aún  es limitado las redes globales tienen más incidencia, lo que origina más desnacionalización y desestatificación de la información.

Apoyarnos del impacto que generan las redes globales de Información, significa promover servicios, productos, cultura, identidad por ser una localidad de potencia para abrirnos paso a nuevas fronteras para el ingreso de capital financiero, incorporándose a las principales actividades de la vida económica y extendiendo desde allí su influencia hacia las otras esferas, con preponderancia a la política y a los organismos públicos.

Sin embargo, creo estamos aún muy lejos de alcanzar y definirnos como sociedades globalizadas, pues se está transitando una globalización sin instituciones internacionales de regulación. Los avances tecnológicos se han instalado y siguen en pleno apogeo, dejando una percepción de que “están al alcance” de todos, siendo una falsa idea. Hay claras reacciones contra la globalización, pues las identidades se están reconstruyendo. 

En la perspectiva de todo lo anterior, pareciera que no sólo podemos, sino que debemos pretender la transformación y fundamentalmente tener la ilusión de gestar cambios sustantivos, y ser protagonistas. Pareciera que no estamos ante un dilema, del que no podemos esperar si no algo peor de lo mismo; estamos ante la oportunidad de tomar decisiones verdaderamente estratégicas sobre nuestro futuro.

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