jueves, 7 de noviembre de 2013

Hackear al periodismo

Ante los procesos de mutación y rediseño que van surgiendo en la cotidianeidad, nuevos métodos se han interesado en intervenir ante dicha situación para aportar soluciones mediante modificaciones, reconfiguraciones o reprogramaciones. "Hackear al periodismo" es un libro que precisamente se dedica a enfatizar  el cambio tan notorio que sufrió el periodismo, pues al atravesar un proceso de mutación, la industria necesita en ese sentido como lo menciona la lectura, profesionales con una visión estratégica que estén a la altura del mercado: hackers de sombrero blanco que se apropien de los desafíos y puedan diseñar las soluciones que los medios y la profesión necesitan para reinventarse.

Hackear al periodismo responde a la pregunta de por qué hay que intervenir en la forma de hacer periodismo, tanto en la forma de organizar las redacciones, así como hacerle frente a la tecnología, lo cual es un punto de partida que impulsa a los dueños de los medios de comunicación para cambiar, para que se adapten a las circunstancias y beneficios que les brinda dicha tecnología.

Si bien, no es tarea fácil enfrentarse a un nuevo mundo tan cambiante como lo es la tecnología, pero la tarea que tienen los comunicadores, y en especial los periodistas, se torna estimulante, provocador y sugerente cuando se trata de cohabitar entre viejas y nuevas formas de producir contenidos y de atraer audiencias. Es por ello, que ante las modificaciones y cambios que sufre el proceso periodístico, todo se vuelve una auténtica vocación por mejorar la práctica periodística, es decir, hacer un periodismo más útil y construir medios cultural y socialmente rentables, atendiendo los verdaderos intereses y necesidades de la audiencia y de los anunciantes, capitalizando los beneficios del nuevo ecosistema cultural-mediático y de las nuevas formas de consumo de contenidos.

Ante esto, al encontrarnos en un mapa de navegación por las inquietantes aguas de la convergencia, de la fusión de lo actual y lo que está por venir, retomo la idea central que presenta el libro de Pablo Mancini, la misión es plantear un modo positivo de hackear el periodismo (modificar, reconfigurar, reprogramar). Ciertas variables del negocio y de la profesión están transformándose al calor de la evolución de las audiencias.

Por otra parte, para entender el desafío que se desprende del nuevo contexto informacional, la lectura ofrece propuestas de reflexión y acción en cuatro direcciones: el tiempo de consumo de medios, el nuevo rol de la audiencia, el valor que agregan las redacciones y la mutación de la organización periodística, los cuales son clave en la evolución de la industria y en el desafío de hacer medios tanto comercial, social y culturales.

Sin embargo, para entender mejor las cuatro direcciones que se mencionan anteriormente hay que pensar primero, a qué desafíos se están enfrentando ahora los medios, quienes se caracterizan ahora en día por enfrentarse a no perder relevancia en la enormidad de los datos y la expansión de la conectividad. Se enfrentan al desafío de volverse rentables en un ambiente de aceleración en el que muchas veces importa más cómo se conectan las cosas que las cosas en sí mismas. Es decir, cuando la Red y la conectividad crecen, Google, por ejemplo, crece. Pero no los medios. Ante esta situación, la relevancia del periodismo no está atada al crecimiento de la Red ni de la conectividad, es por ello que se necesita hackear  esa situación, lo cual implica una reconfiguración también en el periodista, pues ante el ecosistema informativo en que se está inmerso, tanto cada medio como cada periodista están en momentos muy puntuales y distintos, por lo tanto, en este nuevo ecosistema se debe lidiar con la inmediatez de la información y con la escala del procesamiento.

Dicha inmediatez a la que hago referencia es punto clave en la conectividad que se tiene ahora en día, pues las audiencias gracias al avance tecnológico han escalado posiciones para estar informados de una u otra forma, han modificado sus estilos de vida en cuanto a los tiempos, es decir, lo que en un momento tenía espacio de acuerdo a nuestras necesidades, se volvió accesible a cualquier momento y en cualquier lugar, pues la conectividad ha permitido romper las barreras del espacio-tiempo al otorgar a las audiencias el poder de acceso a la información cada vez que ellos lo deseen.  

De esta misma forma, no sólo el tiempo ha cambiado sino también la audiencia ha evolucionado, adaptándose al entorno y a las distintas situaciones que se le presenten, por ejemplo, cada vez la sociedad se fragmenta a partir de sus intereses con lo cual podemos identificar lo que les gusta, quiénes son y de esta manera planificar estrategias basadas en la tecnología que finalmente ésta es la que nos acerca a ellos, pues los contenidos que antes se ofrecían para el público en general tienen que transformarse, ofreciendo lo que la audiencia desea ver, pues ya no se habla de una audiencia pasiva sino todo lo contrario, está fuera de control, aquella que no se puede moldear con facilidad ya que sabe qué contenidos apropiar y qué medios utilizar para estar informado.

No obstante, el avance tecnológico y las herramientas que brinda este ha desatado una interminable lista de contenidos que generan las misma audiencias a partir del provecho que sacan de ello, es decir, publicar a través de la Red  es mucho más fácil y económico, por lo que la mayoría tiende a hacerlo, generando un sinfín de temas que si bien, muchos de ellos no se sustentan en buenas fuentes u otros andan por ahí circulando, esperando a ser absorbidos por el público que divaga en la Red sin tener un amplio conocimiento de lo que digiere, es por ello que en la cantidad  no está la calidad y no todo lo que nos ofrecen los medios de comunicación es información fidedigna .

Finalmente, queda claro que para ofrecer contenidos y atender los intereses de la audiencia, se debe pensar primero en ellos para llegar a una buena organización que se sustente en los constantes cambios digitales que sufre el mundo día a día, así como aprender a planificar estrategias que permitan una retroalimentación que les permita a las empresas periodísticas saber cómo y cuándo llegar a lector y a esos receptores inmersos en el mundo tan cambiante del pleno siglo XXI.   


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