Ante
las recomendaciones de Marshall McLuhan por observar un enfoque eminentemente
integral al emprender el análisis de los medios de comunicación, surge el
concepto “Ecología de los medios (Media Ecology)” para comprender las actuales mutaciones del
sistema de medios, ya que como lo menciona el mismo McLuhan “ningún medio tiene
sentido o existe a solas, sino solamente en interacción constante con otros
medios”.
Sin
embargo, de acuerdo con Neil Postman, uno de los padres fundadores, “La ecología de los medios estudia la forma
como los medios de comunicación afectan la percepción humana, la comprensión,
los sentimientos y los valores, y como nuestra interacción con los medios facilita
o impide nuestras oportunidades de supervivencia.”. Es por ello que la ecología de
los medios no solo permite comprender los efectos que introducen los medios de comunicación
en las sociedades, también nos permite entender cómo los medios institucionales
inciden en la dinámica cultural de las organizaciones, lo cual significa que a los
medios se les debe entender como ambientes donde integran diferentes
componentes y procesos de la esfera tecno-socio-comunicacional.
Ante esto, McLuhan
no se cansaba de insistir en que los medios forman un ambiente o entorno
sensorial (un medium) en el cual nos movemos como un pez en el agua; no
nos damos cuenta de su existencia hasta que, por algún motivo, dejamos de
percibirlos. Su ecología está totalmente volcada hacia las percepciones de los
sujetos: los humanos modelamos los instrumentos de comunicación, pero, al mismo
tiempo, ellos nos remodelan.
Es
decir, todos los medios y por supuesto, todas las tecnologías admiten ser
entendidas como prolongaciones del hombre. Cada tecnología altera la velocidad
con la cual el hombre desarrolla determinadas prácticas culturales. La aceleración
tecnológica naturalmente viene acompañada de periodos de incertidumbre y
tiempos de adaptación a las nuevas circunstancias.
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